Sucio amor

Ella se iluminaba con la luz sintética de mi laptop, despreocupada, radiante y ajena miraba aquella película de demonios, seres de oscuridad y contra partes de luz, yo simplemente trataba de poner atención, de no ser grosero y saltarle encima en un arrebato de pasión; de no morderle las piernas, besarle los muslos y lamerle hasta las entrañas. Francamente no podía más: me consumían esos instantes eternos donde desvariaba llevarla al cielo, donde pensaba en las dulces porquerías que como blasfemia gráfica le haría a ese ángel. Ella, desnuda, radiante, natural como una virgen, atractiva como ella sola, atractiva como el mismo demonio, escurría sensualidad por las paredes de la habitación, radiaba de sus curvas pesados de su alma, arrebatos de pasión, gritos de placer y suspiros de amor. No pude mas, no pudimos más, esa tarde entre las paredes rentadas de una simple y cálida habitación, le mostramos a Dios el verdadero significado de un "sucio amor".

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